
Sobre mí
Mi nombre es María Isabel Arenas Alvarez. Soy diseñadora de profesión (Pontificia Universidad Católica de Chile) y encuadernadora de alma. Nacida en Santiago de Chile,
Durante una estadía familiar de dos años en Madrid, aprendí encuadernación en "El Taller de María". Después de esta experiencia nunca más he dejado de trabajar en este maravilloso oficio.
"Adoro mi trabajo. Sobre todo su ritmo; aquí no se permiten los apuros, se disfruta, se reposa, cosa que en el mundo actual es un verdadero lujo".
Desde siempre los libros llamaron mi atención, como instrumento de aprendizaje y como objeto, en ellos encontré las claves de este hermoso mundo de papeles, letras e ilustraciones Mi primer tesoro fue el "Silabario Hispanoamericano", con este aprendí a leer, igual que toda mi generación. Después vinieron los maravillosos libros de cuentos con hermosos dibujos que me transportaban a un mundo soñado. De adulta entré a estudiar Diseño, donde creció mi gusto por los cuadernos, libros, papeles y texturas. Mi proyecto de título fue un libro cuya diagramación fue diseñada especialmente para reflejar el concepto teórico de su contenido.
Durante mi vida profesional los libros han sido una fuente insustituible de inspiración, información y gozo. Ahora dedicarme a diseñarlos, arreglarlos y enseñar a construirlos, es un verdadero privilegio.

La Encuadernación
El oficio de la Encuadernación se desarrolló en mayor medida en los Monasterios que se dedicaron a proteger los escritos existentes de la cultura Occidental luego de los ataques producidos por las invasiones bárbaras al fin del imperio romano.
Fue así como los monjes copiaron los documentos que sobrevivieron y los ilustraron con hermosas iluminaciones, para después encuadernarlos.
Desde esa época y antes de esto ha venido evolucionando la encuadernación en el mundo, pasando de maestros a aprendices por generaciones, con distintas técnicas y estilos decorativos, pero siempre conservando la excelencia en la construcción del libro.
Han cambiado los materiales, se ha optimizado su calidad, pero la encuadernación sigue teniendo por finalidad:
"Proteger al libro como fuente de conocimiento y objeto bello a la vez"



